Una de las herramientas más potentes que he aprendido en el camino del desarrollo personal, es la humildad, ¿alguna vez te has parado a pensar qué significa?
La mayoría de las personas cuando deciden trabajar el concepto de abundancia y les mencionas la palabra humildad, su mente la relaciona con la pobreza y la posición social, y sienten rechazo.
Si ahondamos en su definición, encontramos en el diccionario que la humildad responde al conocimiento de nuestras propias debilidades y limitaciones. La reflexión nos lleva a valorar esa información como un instrumento que nos va a ayudar enormemente, a detectar lo que aún nos queda por construir y evolucionar de nosotros mismos.
Llegados a este punto, necesitamos aclarar algo más que creo que es un punto crucial muchas veces en nuestra vida: la debilidad. La interpretamos como algo que nos empequeñece, nos resta, sin entender que es una característica constitutiva que nos hace humanos, y nos abre la puerta hacia nuestro interior, para conocernos con mayor profundidad. Si logramos reformular la definición de debilidad como algo positivo, automáticamente la humildad pasa a ser una llave magnifica hacia nosotros mismos, sin máscaras, sin dobleces del ego, que nos permite reconocer hacia donde queremos ir para crecer.
¿Y cómo escondemos nuestras debilidades?
Frecuentemente nos reconocemos enumerando nuestras virtudes, resaltando nuestras fortalezas, para esconder aquello que nos hace humano, porque ser débil o humilde, es “malo” o peor aún es sinónimo de servilismo o sumisión, y perdemos la oportunidad de darnos cuenta que es todo lo contrario. Conocer tus límites, te empodera, te hace mas grande y te ayuda a orientarte en tu vida. Entenderlos como un desafío para para poder avanzar, cambia el enfoque y nos brinda una nueva energía.
Ser humilde no es ninguna bajeza, sino que es una fortuna, que nos aleja del ego, y de su necesidad de resaltar aquello que poseemos. Nos acerca aún más a nosotros mismos de una manera sana, tranquila y menos desafiante. Y sobre todo de una forma más honesta.
Me parece una reflexión muy acertada
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